Maravillas Tenejapa, Chiapas

En lo alto de la selva, donde la neblina desciende lentamente sobre cafetales, cultivos de cacao y montañas, un grupo de hombres y mujeres se reunió para reflexionar sobre el futuro de su territorio. El pasado 17 de noviembre, la comunidad de Las Nubes fue sede de un taller de Introducción al Turismo Regenerativo, facilitado por Murielle Coppin, facilitadora y miembra activa de la Iniciativa Global de Turismo Regenerativo (IGTR).

La invitación vino de Benito Díaz, presidente de la asociación civil Camadds y coordinador del área de agroecología. Benito, conocido entre las comunidades por su compromiso con la tierra, busca desde hace años abrir caminos hacia modelos de desarrollo más sanos, donde la naturaleza, las personas y la cultura dialoguen en equilibrio.

Camadds: casi tres décadas acompañando a las comunidades

Fundada en 1996, la AC Camadds —Centro de Capacitación y Asesoría en Medio Ambiente y Defensoría del Derecho a la Salud— trabaja en el fortalecimiento de capacidades locales. Su equipo multidisciplinario acompaña a organizaciones de base en procesos productivos, ambientales y organizativos.
Su enfoque es claro: acompañar a las comunidades para que puedan gestionar su territorio con autonomía y visión a largo plazo.

En un contexto de presión creciente sobre los ecosistemas y la identidad cultural, este trabajo se vuelve indispensable. 

Un territorio listo para un nuevo modelo turístico

Las Nubes, rodeada de reservas biológicas, ríos y selva viva, es un lugar donde la naturaleza aún conserva su ritmo propio. Las comunidades que viven y trabajan junto a Camadds han mantenido prácticas agrícolas y sociales que respetan el territorio, lo cual convierte a este espacio en un escenario ideal para explorar modelos de turismo regenerativo.

Al taller asistieron miembros de dos cooperativas turísticas:

  • Ciudad de las Rocas, con una fuerte identidad ligada a su geografía y a las formaciones naturales que caracterizan su territorio.
  • Causas Verdes, un colectivo comprometido con iniciativas ambientales y con la creación de experiencias responsables para visitantes.

La presencia del presidente municipal confirmó el interés institucional por impulsar nuevas formas de turismo en la región.

Un día para mirarse, comprender y proyectar

La jornada comenzó con dinámicas para que los asistentes pudieran reconocer su historia, su labor y su relación con la tierra que habitan. Este primer espacio generó confianza y abrió conversaciones sinceras entre las cooperativas, muchas veces separadas por la rutina, aunque compartan territorio y desafíos.

Por la tarde, la facilitadora propuso un recorrido histórico para comprender cómo la idea moderna de “progreso” y el avance industrial condujeron a una profunda desconexión del ser humano con su entorno. Se habló del Antropoceno y de cómo esta visión ha afectado directamente a regiones indígenas y campesinas, donde la relación con la naturaleza siempre ha sido de interdependencia.

A partir de ahí, se introdujo el concepto de regeneración, una alternativa que plantea volver a aprender a mirar la tierra como un organismo vivo y no solo como un recurso.

“La regeneración se convierte en un puente para reconstruir relaciones: con uno mismo, con la comunidad y con la naturaleza”, señaló la facilitadora.

El turismo como herramienta de sanación territorial

Durante el taller se revisaron los principios del Turismo Regenerativo, una propuesta impulsada por la IGTR y cocreada por Martín Araneda y Carlos Briseño junto a la comunidad internacional de practicantes. Entre ellos destacan:

  • Poner la vida en el centro de todas las decisiones.
  • Mantener coherencia ética y estética en cada proyecto.
  • Diseñar experiencias que aporten valor real, tanto a visitantes como a habitantes.
  • Reconectar las tres relaciones esenciales: con uno mismo, con los otros y con la naturaleza.
  • Trabajar desde el sentido del lugar, entendiendo que cada territorio tiene su identidad, su memoria y su propio ritmo.

La respuesta de los participantes fue entusiasta. Muchos compartieron experiencias propias y expresaron su interés por integrar esta perspectiva en sus cooperativas y proyectos comunitarios.

Un cierre lleno de motivación

El taller dejó una sensación de claridad y esperanza. Las personas asistentes coincidieron en que es posible —y necesario— pensar un turismo que beneficie a la comunidad, fortalezca la identidad local y cuide la riqueza natural del territorio. La posibilidad de seguir profundizando en estos temas quedó abierta, con el deseo de avanzar hacia procesos colaborativos y nuevas experiencias turísticas en la región.

Más que una capacitación, el encuentro en Las Nubes fue el inicio de un diálogo colectivo sobre el futuro del territorio y sobre cómo las comunidades pueden construir modelos turísticos que honren la vida y fortalezcan su autonomía.

Murielle Coppin